Con 29 años de edad, uno de los empleados del departamento de cuentas del Reino Unido ha sido condenado a dos años de prisión más una sentencia de 30 semanas (que el condenado no deberá de cumplir a no ser que reincida).
¿Su crimen? Hacerse pasar por dos personas y hackear repetidamente la base de datos de Zynga Póker. Y es que con estas acciones Ashley Mitchell se hizo con más de 12 millones de dólares en dinero virtual (chip) de la sala de póker online, que transfirió directamente a sus cuentas.
Después de esto, Mitchell se fue al mercado negro de Zynga (exacto, aunque parezca imposible que exista es real) y vendió algunos de los 400 billones de chips virtuales que robó al casino.
Mitchell podría haberse convertido en millonario inventándose cualquier historia increíble más propia de un drama televisivo. Sin embargo, sólo pudo conseguir unos 86.000$ antes de ser detenido por las autoridades competentes.
Gastaba en torno a 1.600$ diarios en juegos de casino online, y la mayor parte del dinero que obtuvo de Zynga fue destinado a alimentar su adicción al juego.
Zynga se percató en agosto de 2009 que habían perdido una gran cantidad de chips, una cantidad bastante destacable. Mitchell en aquel entonces intentó obtener dinero rápido (utilizó para ello su cuenta real de Facebook y algunas conexiones wifi no seguras para acceder al sistema de Zynga) pero los rastros de su acción se convirtieron en una huella muy fácil de detectar y de seguir por las autoridades y por Zynga.
El abogado de Mitchell, Ben Darby, considera que la condena de dos años de prisión es un castigo muy fuerte. Después de todo, ha dicho, los chips de Zynga no son dinero real como tal. Darby ha añadido que no hay forma de cuantificar cuánto dinero virtual merece una pena de ese tipo. EL juez del caso considera que el castigo es justo y que no es sólo el hecho del robo, si no que después el culpable hizo “chanchullos” y obtuvo dinero y beneficios con los chips que había robado.
Podría haber sido. Imagina que llega a robar en Farmville y hace chanchullos con una granja. Más embarazoso sería ir a la cárcel por intentar vender una “granja online” que por vender dinero online.