Phil Ivey es el mejor jugador de poker vivo libra por libra, Patrik Antonius consiguió dominar con mano de hierro el mundo del poker online y Phil Galfond es un jugador supertalentoso totalmente respetado por sus compañeros.
Nuestro compañero Lee Davy se pregunta: ¿Qué tienen todos ellos en común?
Este increíble tridente del poker tiene una técnica asombrosa, un control emocional a prueba de bombas y... ¡Les gusta tener la boca cerrada!
Por Lee Davy:
Words Like Violence
Break the Silence
Come Crashing Down
Into my Little World
Painful to Me
Pierce Right through MeDepeche Mode
Los tres muestran su poderío en silencio, algo que sus rivales no pueden soportar. Comienza el intento de conversación, algo que los oponentes no pueden evitar.
Pero cada palabra nerviosa y agresiva que sale de su boca simplemente muestra un punto débil, algo que será aprovechado por estos jugadores experimentados y profesionales del silencio, quienes observarán a dicho jugador como un lobo hambriento mirando a un ternero lechal con una pata rota.
¿Te gustan las ostras?
Como joven que fui, siempre tenía demasiadas cosas que decir. Hubo una vez en la que el director general me citó durante un curso de entrenamiento. Él estaba sentado tras su increíble mesa de roble en medio de una sala imponente.
Cuando me acercaba a él, me sentía como el condenado en su camino a la horca. La palma de su mano, mostrada hacia arriba, me indicaba que tomase asiento. Eso hice y aunque no medía el tiempo, varios minutos pasaron sin que ninguno de los dos hablásemos.
Finalmente, él me dijo: “¿Te gustan las ostras?”. Yo reí, liberado tras haberse roto el silencio. Él no respondió recíprocamente, incluso se podía observar la seriedad en sus gruesas mejillas rojas.
“Ellas se abren para mostrar su carne cuando la luna está llena”, comentó el hombre tras la mesa. “¿Sabes qué hacen los cangrejos cuando las ostras abren su boca para hablar con la luna?”.
Ni siquiera parpadeé hasta que respondió a la pregunta: “Lanzan una piedra a la apertura de la ostra, de modo que esta no puede cerrarse de nuevo. ¿Sabes qué ocurre entonces?”.
Me quedé embobado preguntándome qué diablos estaba pasando cuando él puso las manos como pinzas fingiendo que el cangrejo devoraba al animal que producía perlas.
Tras el teatro realizado, el hombre tras la mesa me dijó que había sido elegido como posible director. Tan solo una persona no estaba a favor, el hombre con las pinzas imaginarias. Pensaba que estaba hablando con poca energía y convicción para respaldar la propuesta.
Yo era ruido
Yo era solo ruido y todas las palabras del mundo no significaban nada para él. Hasta que aprendí a dejar de violar el silencio y de acallar todas las voces que desesperadamente querían cantar, no estaba yendo a ninguna parte.
No era nada sino una simple ostra que un día sería comida por el cangrejo.
Quienes saben no hablan.
Los que hablan no saben.Lao Tzu
¿Es el silencio debilidad?
¿Quién es a día de hoy el jugador de poker que más habla en todo el mundo? No es Ivey, Antonius o Galfond. Es William Kassouf .
El abogado, convertido en estrella del poker, causó odio y admiración a partes iguales tras haber sido protagonista indiscutible de la retransmisión de la ESPN de las World Series of Poker (WSOP) del año pasado.
Utilizaba las palabras como golpear a sus rivales para conseguir su sumisión. Muchos pensaron que Kassouf realizó esto como parte importante del juego. Pusieron al diálogo (o agresión verbal) dentro del libro de estrategia junto a la apuesta de continuación, el farol, el fold y el resto de jugadas de poker.
Con Kassouf en la mesa es fácil ver cómo la gente ve el silencio como debilidad. Pero después ves a Ivey, Galfond o Antonius y... No hay ruido.
Para ellos, las palabras son innecesarias, tapan el juicio real y crean una distracción, nublan el juicio y son una distracción. Es un arte hecho para mantenerse en la periferia de la conversación, observando la mesa como un halcón espía a un ratón, teniendo en su mente cada bocado que le va a dar, sin tenerlo siquiera en su poder.
“El silencio es el valor del fuerte y del que está seguro de sí mismo”, escribe Ryan Holiday en El ego es el enemigo.
Cuando ves a alguien que no es capaz de controlar sus palabras, a menudo tampoco es capaz de controlarse a sí mismo. La lengua del ser humano puede ser tan difícil de controlar como una serpiente bañada en aceite.
Hablar es una visita al zoo
Cuando se habla mucho no hay acción. Hablar es la acción.
Necesitas el 100% de tu energía al jugar al poker y hablar sobre cosas sin sentido hacen que se pierda la fuerza por la boca.
Las palabras no significan nada
Y fáciles de olvidarDepeche Mode
Se necesita mucha compostura y control para terminar la charla y pasar a la acción. La acción es un safari a pie en Sudáfrica con un arma de juguete en tu hombro. Hablar es una visita al zoo.
Hablar puede mejorar el juego, es incluso necesario, pero también puede destruir el juego.
Piensa en todos los idiotas que espantan a los pescados haciéndoles sentirse tontos, o en el imbécil que constantemente está diciendo al dealer cómo tiene que hacer su trabajo. Hazlo también en aquellos que están siempre dando vueltas a los bad beats o aquellos a los que el ego no les permite dejar de compartir sus conocimientos como si se creyesen una enciclopedia.
Babosos son, ¡dejad de hablar!
Hablar no te deja crecer
¿Cuántos de vosotros decís que soñáis con poder convertiros en jugadores profesionales de poker?, ¿cuántos decís a vuestros amigos que vais a ir a Las Vegas a disputar las WSOP, pero nunca habéis realizado el viaje ya que sois incapaces de actuar por estar siempre hablando de ello?
¿Quién puede culparte? Facebook quiere saber constantemente qué hay en tu mente y twitter necesita que le digas al mundo hasta qué has desayunado, todo ello siempre en 140 caracteres.
Los foros de poker quieren saber tu punto de vista de todo lo que ocurre, desde la decisión de Brian Hastings de vender té hasta la decisión de declarar a Patrik Antonius el jugador de poker (masculino) más sexy del mundo.
Pronto estarás escribiendo y hablando de temas totalmente insustanciales, de cosas que no tienen realmente ningún interés.
Caminos hacia el silencio
Tras el incidente sufrido con la ostra (y el director general), necesité veinte años para conseguir mantenerme callado y todavía es difícil conseguirlo en muchas ocasiones. Mi mujer ha sido mi mejor profesor. Cada noche recapitulamos lo ocurrido durante el día. Ella comienza a hablar de su día, comentando lo ocurrido y también hablando desde el punto de vista emocional.
La primera vez que ella me introdujo en este concepto, yo no podía dejar de hablar. Quería ayudarla, la abrumaba intentando mostrar mi inteligencia continuamente, mi ego estaba siempre dispuesto a hacer ruido al igual que una orquesta lo hace cuando espera a que el director mueva la batuta.
La meditación es otra forma de incorporar el silencio a tu vida. Se necesita tiempo y los beneficios son difíciles de ver, pero el miedo al vacío va desapareciendo y el silencio, cuando aparece, es capaz de mecernos como si fuese una canción de cuna.
Voy a terminar este artículo con las palabras de Robert Greene y su ley número 4 de su 48 Laws of Power (Las 48 leyes del poder). Tras leer dicha ley, puedes decidir si quieres incorporar a tu juego tácticas de charla y agresión verbal o prefieres mantener la boca cerrada.
Ley nº 4: Diga siempre menos de lo necesario
“Cuando intente impresionar a la gente con tus palabras, tenga en cuenta que cuanto más diga tanto más vulnerable será y tanto menor control de la situación tendrá. Incluso cuando lo que diga sea solo una banalidad, parecerá una idea original si la plantea en forma vaga, abierta y enigmática. Las personas poderosas impresionan e intimidan por su parquedad. Cuanto más hable, mayor será el riesgo de decir alguna tontería”.