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La psicología del póker: FOMO
¿Te has encontrado alguna vez en una situación como ésta? Estás jugando al póker en vivo, ya sea con tus amigos o en un torneo de poker, y recibes una nueva mano: 8-5. Por supuesto, te vas a retirar. Por supuesto, te vas a retirar; ninguna persona en su sano juicio jugaría esa mano, ¿verdad? Sale el flop: 8-8-5. Oh, bueno, piensas, mientras el bote se eleva hasta el olvido y los faroles llegan a diestro y siniestro, sólo para que la mano la gane una pareja de reyes. Consigues tu siguiente mano: 7-3 suited. Ni siquiera tienes que pensar, esto es injugable. Y cuando ves el flop, 4-5-6, todo de tu palo, intentas no suspirar y que nadie se entere de que acabas de doblar una escalera de color. Por supuesto, el bote lo gana inevitablemente un As-Alto y una vez más pierdes unas 200 ciegas grandes en fichas. Ahora que tienes tu siguiente mano... 9-7... ¿la juegas?
Si lo haces, estás experimentando FOMO. FOMO es un acrónimo de "fear of missing out" (miedo a perderse algo). En esencia, es el arrepentimiento por una elección que has hecho, o quizás más exacto: Una elección que no hiciste.
Hoy vamos a profundizar en la psicología del FOMO en el póker, qué es, por qué lo tenemos, por qué es relevante para el póker y qué puedes hacer para minimizarlo o evitarlo.
¿Cuándo experimentamos FOMO?
El FOMO puede aparecer casi en cualquier momento de nuestra vida cotidiana.
Imagínate sentado en casa, con tu pijama puesto y leyendo un libro o viendo tu película después de un largo día de trabajo, estando absolutamente feliz y calentito, cuando de repente recibes un mensaje de tu amigo. Mientras tu dedo pulsa el botón para reproducir el vídeo, oyes música a todo volumen y ves a tus amigos enloquecidos en una fiesta en casa, pasándoselo como nunca. Y mientras el vídeo se reproduce, te sientes mal por estar sentado en casa un viernes por la noche, tu mejor escenario hace sólo un minuto.
Sientes miedo de haber tomado la decisión equivocada.
Otro ejemplo sería el de un aficionado al fútbol en 2014. Digamos que tu amigo te ha invitado a ver la nueva película: Transformers, Age of Extinction. Te perderías el partido de Alemania contra Brasil. En teoría, tanto Alemania como Brasil tenían equipos muy defensivos, por lo que lo más probable es que el partido fuera aburrido, y Marvel siempre había cumplido con sus películas, por lo que habría sido una suposición razonable, que el mejor curso de acción fuera ver la película y sólo ver los pocos minutos de los aspectos más destacados después del partido. Por si a estas alturas alguién todavía no lo sabe, el partido resultó ser uno de los más espectaculares de la historia del fútbol y la película fue calificada de basura, en el mejor de los casos.
Conociendo el resultado, ¿fue equivocada la decisión que tomó?
¿Por qué tenemos FOMO?
Como ya hemos indicado, el FOMO es el miedo a tomar o haber tomado la decisión equivocada, lo que desencadena su ansiedad.
Para entender bien el concepto y lo que significa, tenemos que fijarnos en el cerebro humano y su proceso de toma de decisiones. En general, ya lo habrás oído, duele más perder algo que ganar algo que te hace feliz. En general, se admite que el dolor de la pérdida es aproximadamente el doble de fuerte que la felicidad de la ganancia. Sin embargo, la anticipación de la pérdida también es mucho mayor que la anticipación de la ganancia. Así que, en conjunto, la anticipación de tomar una decisión que puede llevar a la pérdida es, en consecuencia, una emoción absurdamente fuerte.
En un entorno "salvaje", esto tendría sentido, ya que en general evitaría tomar decisiones estúpidas y como la pérdida podría llevar rápidamente a "perder la vida", sería una herramienta muy poderosa.
Sin embargo, en nuestra sociedad actual, en la era de los teléfonos inteligentes y las redes sociales, este efecto se amplifica todo el tiempo al ver la foto de un amigo que se divierte sin nosotros, ver la foto de un ex que ha perdido 10 kilos o ver un torneo de póker a 2 ciudades de distancia el mismo día que la fiesta de tu amigo.
Estar constantemente provocado por esta emoción puede ser agotador y agotador.
¿Pero qué relación tiene esto con el póker?
Es importante entender que nuestro cerebro no se pone en "modo póker" en cuanto nos sentamos en una mesa de póker. Sí, puede que nos centramos en el juego, pero nuestro cerebro tiene la misma estructura que antes, incluidos los mismos defectos y los mismos patrones de miedo.
En la historia del principio, te dimos un ejemplo de FOMO que afecta a tu juego.
La respuesta a si deberías o no jugar el 9-7 en Texas Hold'em es muy obvia: ¡No! Sigue siendo una mano horrible. Incluso si por algún milagro aciertas algo en el flop, lo más probable es que te sigan ganando casi todas las demás manos que se juegan habitualmente.
El problema que tiene nuestro cerebro a la hora de procesar este escenario es el mismo reconocimiento de patrones que suele ayudarnos, por ejemplo, a descubrir a nuestro oponente o clasificar a un jugador como cerrado o agresivo. Ese mismo "software" de reconocimiento de patrones ha detectado el patrón: "Nuestra mano puede ser una basura, pero conseguimos algo en el flop". Esto se combina con la expectativa de perder un montón de dinero y lo siguiente que sabes es que aparece tu FOMO y te ves tirando cantidades absurdas de dinero en el bote a pesar de tener sólo una mano menos que mediocre.
Lo peor es que las personas a las que se les pregunta cómo se sienten con su decisión FOMO no suelen sentirse demasiado mal por ello. De hecho, algunos experimentan signos de alivio -con éxito o sin él- por "haber aprovechado la oportunidad".
Los peligros del FOMO
"Si tengo un golpe de suerte, ¿por qué no voy a aprovecharlo?".
Es la misma pregunta equivocada de la famosa ruleta:
"Estás girando la ruleta y la bola ha caído en rojo 4 veces seguidas. Si quisieras apostar al rojo o al negro, ¿a cuál deberías apostar? Al negro, ¿no?" Error.
La probabilidad aquí sigue siendo 50-50. Y así será cada vez que gires la ruleta.
Volviendo al póker, lo mismo ocurre con nuestro ejemplo: Aunque el flop te haya dado las nueces dos veces seguidas, eso no garantiza en absoluto que vuelva a ocurrir. De hecho, incluso se podría argumentar que sería mejor saltarse un par de manos para dejar que la estadística se equilibre, aunque eso sería igual de erróneo.
En realidad, el verdadero peligro del FOMO no es jugar un par de manos más o menos o confiar en tus agallas en un par de manos.
El verdadero peligro en el póker es que el FOMO te lleve a sufrir el tilt.
Teniendo en cuenta los patrones que nuestro cerebro intenta establecer, no sería descabellado seguir el consejo de nuestro cerebro y arriesgarse a jugar una mano mala una o dos veces. El peligro es doble:
- Empiezas a apostar
Esta parte es extremadamente peligrosa, porque no sólo tomas decisiones objetivamente peores, sino que también te recompensan ocasionalmente por ellas. Esto incluye la emoción de ir de farol, las manos perdedoras que se siguen ganando y la activación del sistema de recompensa en su cerebro, combinado con la evitación de la pérdida - una sensación realmente poderosa, de hecho, la sensación que buscan los adictos al juego.
Puede que esto te funcione de vez en cuando. Incluso puede que ganes un torneo entero si tienes suerte. Pero hay muchas posibilidades de que tus oponentes se den cuenta de tu "estrategia de póker" y te coloquen en la categoría de "flojo-agresivo" y jueguen en consecuencia.
Tienes que recordar que el póker consiste en maximizar tus oportunidades y tus probabilidades. Si tus oponentes lo hacen y tú no, hay muchas posibilidades de que tu "suerte" se acabe rápidamente.
- Pierdes la concentración
Aunque no es exclusivo de la parte sobre el juego, estos dos no son necesariamente la misma cosa. Aunque puedes estar muy concentrado, incluso cuando juegas, el hecho de no jugar no garantiza tu concentración.
La razón de tu pérdida de concentración aquí es el ya mencionado "sistema de reconocimiento de patrones" de tu cerebro: Sigues viendo esos supuestos patrones y una vez que intentas actuar sobre ellos, puede que funcionen, o puede que no. Empieza a tener la sensación de que le falta algo, así que prueba diferentes manos en diferentes estilos, perdiendo dinero todo el tiempo y, finalmente, abandonando por completo la estrategia que tanto le ha costado dominar.
Una vez que aparece la frustración, el tilt es inevitable.
¿Qué se puede hacer contra el FOMO?
Puede que pienses que es la estrategia y el conocimiento del juego lo que hace que algunos jugadores sean realmente grandes, pero esas cosas no son tan difíciles de aprender.
El verdadero factor que separa a los Maestros de los inevitables Abandonadores es su fortaleza mental, especialmente bajo presión.
Al igual que cualquier otro entrenamiento de fortaleza, éste requiere tiempo, energía y autoconciencia.
Busca las señales
Básicamente, las señales que hay que tener en cuenta para detectar el FOMO son similares a las del tilt. He aquí una lista no exhaustiva de posibles señales para que te hagas una idea:
- Agitarse por no hacer algo: ¿Le cuesta cada vez más cruzarse de brazos aunque objetivamente sea la decisión correcta?
- Ansiedad: ¿Le parece que todo el mundo gana más manos y más dinero que usted todo el tiempo? ¿Le pone nervioso o ansioso?
- Decisiones precipitadas: ¿Se encuentra tomando decisiones cada vez menos meditadas, algunas de ellas incluso cuestionables?
- Insatisfacción creciente: ¿Le sienta (cada vez más) mal seguir doblando la mano y/o tomar las decisiones correctas?
- Falta de confianza: ¿Empieza a dudar de su estrategia? ¿Debería jugar algunas manos más? ¿Quizás subir un poco más? ¿O más bajo? ¿Quizá intentar de nuevo el farol? Hacerse estas preguntas puede ser un signo de FOMO.
Es importante vigilar tu propia mente y no dejar que caiga en un mal estado sin darte cuenta. Es muy importante tomar decisiones racionales y calculadas en el póker y dejar que tu mente entre en un estado de caos y emociones te llevará rápidamente a jugadas inconsistentes y, al menos a largo plazo, a una pérdida de dinero.
Cómo afrontar el FOMO
Ahora que has identificado el problema, tienes que volver a ponerte en un buen estado de ánimo. Hay cosas que puedes hacer cuando juegas y cosas que puedes hacer como medidas preventivas.
Tómate un descanso
Lo primero que tienes que hacer es respirar hondo.
Al darte cuenta de que estás bajo la influencia del FOMO, ya has dado el primer paso para contrarrestarlo. Ahora necesitas darle a tu cerebro algo de espacio para que vuelva a su funcionamiento racional habitual. Si estás jugando partidas de dinero en efectivo, éste puede ser un buen momento para tomarte un descanso o incluso dejarlo por hoy. En los torneos, esto puede no ser tan sencillo. Intente levantarse, aunque sólo sea unos minutos: vaya al baño, tome un vaso de agua o un tentempié rápido, escuche su canción favorita o simplemente tómese un par de minutos para relajarse.
El objetivo es dar a tu mente la oportunidad de restablecerse y sacudirse los fuertes sentimientos. Mantén la calma y toma decisiones inteligentes y calculadas.
Prepara tu espacio de póker
Sí, el juego de palabras puede ser malo, pero sin embargo, es importante prepararse antes de jugar, especialmente si te has visto influenciado por el FOMO antes.
Como el FOMO es una inseguridad sobre si estás tomando las decisiones correctas o no, es importante que te recuerdes a ti mismo tu estrategia, la razón por la que usas esa estrategia y tus éxitos anteriores con ella.
Al mismo tiempo, es igualmente importante reforzar tu confianza en ese sentido. Sabes lo que haces, lo has practicado y, mientras te ciñas a tu estrategia, te irá bien.
Tu estilo de vida
Estar en un buen estado de ánimo no sólo se refiere a la mesa de póker. Si tienes problemas fuera del juego, es muy probable que en algún momento te pase factura mientras intentas tomar decisiones en la mesa.
Así que como siempre en nuestra Psicología de la serie de Poker, tenemos que darle un resumen de los conceptos básicos:
- Duerme lo suficiente: No dejes que tu mente te juegue malas pasadas. Duerme lo suficiente para mantenerte despierto y picante.
- Equilibra tu dieta: No llenes tu cuerpo de azúcar, puede agitarte o provocarte un bajón.
- Haz algo de ejercicio: Prepara tu cuerpo para el estrés mental.
- Medita: Hay muchas formas diferentes de meditación, pero asegúrate de relajar bien la mente y el cuerpo de vez en cuando.
Lo último que tenemos que mencionar es algo que se explica por sí mismo, pero muy esencial y, sin embargo, a veces ignorado: SÓLO juegues siempre con dinero que puedas permitirte perder.
No hay forma de mantener completamente tus emociones fuera del juego si tu ganancia decide si puedes comer o pagar el alquiler este mes. Nunca debes permitirte llegar a una situación así. Incluso los jugadores profesionales de poker siempre tienen un presupuesto y la gestión de esa nómina es fundamental para mantener la cabeza fría durante sus partidas.