“No les gustas”. Tres palabras que pueden influir mucho en nuestra forma de ser y de actuar. Lee Davy lo tiene claro, tal y como puedes ver en su siguiente artículo publicado en PokerListings.com que traducimos a continuación al español.
Una simple frase como “no les gustas” puede hacer que te sientas igual que si te hubiesen pegado un puñetazo en el estómago con un puño americano.
Un jugador de poker me dijo que no gustaba a dos jugadores (de poker) británicos muy conocidos.
Como escritor, no es raro no gustarle a alguien, pero estas tres palabras hicieron sentirme exactamente igual a como lo haría Casper.
El problema no es solo ese, sino que varios días después todavía estoy manteniendo un diálogo interno por este escenario: “¿Por qué no les gusto? Nunca hemos coincidido. Nunca han hablado conmigo”.
Incluso profundizo más todavía: “Por esto está tan mal el mundo. Desagradamos a gente que te rechaza sin darte siquiera una oportunidad”.
¿Por qué esto me preocupa?, ¿por qué imploro (reclamo) la aprobación de otros? Es una adicción.
Tímido y con sensación de abandono
Cuando era un joven, las paredes de casa estaban forradas de papel. Por razones que desconozco, solía coger astillas de madera de detrás del papel, dejando pequeños agujeros en todos los sitios.
Mis padres me dijeron que dejase de hacerlo, pero no podía. Un día, mi padre se puso frente a mí y me dijo: “Si coges una astilla más de detrás del papel te envío a un orfanato”.
Mi padre no es realmente mi padre biológico, este desapareció antes de que yo naciese. Siempre me he sentido abandonado, dejado en una cesta a las puertas de una estación de bomberos.
Amenazarme con enviarme a un orfanato no ayudó en absoluto. Pero aquí puede estar la raíz de mi adicción a la aprobación del resto de personas.
Desde que mi padre me amenazó de esta forma, me he sentido como un niño poco querido, no deseado y he necesitado la atención de otros, ya sea en forma de sexo, amor o palabras bonitas.
Esto me ha afectado en cada área de mi vida: Trabajo, relaciones, hobbies,... Poker.
Solo podemos controlar nuestros pensamientos
La necesidad perpetua de aprobación de los demás puede ser una pesadilla al jugar al poker. Es como jugar con una camisa de fuerza, con miedo a lo que piensen el resto de jugadores.
Intentas arriesgar lo mínimo posible, no eres lo agresivo que deberías y querrías ser. Tomas un patrón de ofrecer poca resistencia y tu juego se queda estancado. Y esto es ridículo.
La filosofía estoica se basa principalmente en el principio de que “solo podemos controlas nuestros pensamientos”. Solo nuestra mente tiene la habilidad de elevarnos al máximo o hundirnos en la miseria.
Nada de lo que digan sobre nosotros importa. Las opiniones del resto no pueden hacernos daño a no ser que creamos que hay parte de verdad en lo que digan.
Imagina que estás sentado en la mesa de poker con zapatillas rojas, pantalones rojos y también roja la sudadera (o parte de arriba). Un hombre que sabes que es portero de un equipo de fútbol se percata de esto y comienza a llamarte “El Diablo”.
¿Cómo te sentirías? Probablemente no te importaría. Pensarías que esta persona está chiflada y continuarías con tu juego ya que no creerías que lo que te dice es verdad.
Su opinión no es tu problema, es el suyo.
Está en la naturaleza humana buscar la aprobación del resto para sentirse bien y sentirse mal ante una desaprobación de los que te rodean. Estas fuerzas innatas en el ser humano solo se convierten en un torbellino que te destroza si comienzas a utilizar las palabras y opiniones del resto como medida de lo que tú realmente opinas de ti mismo.
Juzgamos al resto, es lo que hacemos los humanos. Puede incluso que me estés juzgando ahora mismo por las cosas que estoy escribiendo en este artículo.
¿Cuántas veces te has quejado y has hablado mal de la gente?, ¿cuántas veces has deseado que algún jugador se calle y se guarde sus bad beats para él mismo?, ¿cuántas te has burlado en silencio de un jugador tras pagar en el river de forma equivocada?
Piensa sobre esto: “¿Al pensar así estabas realizando un juicio moral en el que estabas catalogando a la otra persona como si fuese un ser humano digno de atacar?”.
Respétate a ti mismo
No fue culpa mía que mi padre no sabía cómo expresar su amor y bondad cuando era un niño, además el creció con un padre que tampoco supo hacerlo mejor. Actuó conforme la vida le había enseñado.
Pero sí es mi falta en el momento en el que yo continúo rebozándome en el fango recordando esto cuando soy adulto. Sé que lo ocurrido en el pasado no es sino un recuerdo.
Soy yo el que pongo una asociación negativa a lo ocurrido y el que me hago daño a mí mismo. Y si quiero continuar mi vida y ser capaz de mostrar más confidencia en mi trabajo, mis relaciones o en las mesas de poker, necesito hacer algo al respecto.
Tomé los consejos de un hombre llamado David Burns, autor de Sentirse bien: Una nueva terapia contra las depresiones y copresentador del podcast Sentirse bien. Escribí una entrada en mi diario titulada: Por qué es irracional e innecesario vivir con miedo a la desaprobación o a las críticas.
Según puse las manos sobre el teclado y empecé a escribir, comencé a sentirme mucho mejor, percatándome además que esta práctica realizada me podría ayudar claramente en el poker. Aquí os muestro algunos de los puntos de lo escrito:
1. Cuando alguien critique mi estilo de juego en las mesas de poker o reaccione negativamente ante mí, lo más probable es que su actitud irracional sea su problema y no tenga nada que ver conmigo.
2. Si la crítica es válida, si había hecho un call erróneo pero el “Dios del poker” me ha favorecido, esto no significa que sea un mal jugador de poker, tan solo muestra que he cometido un error. Phil Ivey llegó a ser el mejor jugador de poker del mundo cometiendo errores y aprendiendo de ellos. ¡Deja de quejarte y aprende!
3. No puedes centrarte en un movimiento incorrecto. ¿Cuál era tu juego antes de un error?, ¿cómo estabas jugando antes de este?, ¿cómo estabas actuando en la sesión de ese día?, ¿todas las manos que has jugado en tu vida las has jugado mal?, ¿quieres tirar todo por la borda?
4. La gente juzgará tu juego, pero sus opiniones y juicios no pueden afectar a tus actuaciones. Solo tus propios pensamientos afectan a tu juego, solo tus ideas y creencias.
5. Incluso si una persona piensa que has cometido un error garrafal, eso no significa que todo el mundo comparta su opinión. Lo más bonito del poker es la gran cantidad de formas diferentes de ver una misma mano. Esto significa que no todo el mundo te rechazará o criticará por tu error.
6. Sufrir es parte del crecimiento (como jugador), es parte del poker. Debes tomar riesgos para ser un gran jugador de poker. Dichos riesgos pueden traerte dolor, pero este dolor sería algo temporal, como un pinchazo, no como un disparo en la cabeza. El dolor pasará.
7. ¿Cómo sabes que el punto de vista negativo que tiene una persona sobre ti se debe a que no le gustas? Incluso si fuese así, ¿les has preguntado por qué no les gustas? Algunas veces una pequeña investigación o pregunta puede revelar que el problema era totalmente infundado. A veces los cotilleos y chismorreos son solo eso.
8. Yo critico a la gente todo el tiempo. Parece que es algo natural en mi forma de ser. No critico su carácter moral cuando hago esto, solo es mi forma de desahogarme. Entonces, ¿por qué creo que cualquier pequeña crítica hacia mí es un asunto moral? Son solo seres humanos, como yo.
No soy ese chico nunca más
1.300 palabras después y ya me siento mucho mejor. Mi humor ha mejorado, me siento mucho mejor. Tengo fuerzas y confianza para preguntar a esos dos jugadores por qué no les gusto.
Su reacción, su opinión, puede hacerme mejor escritor, incluso mejor persona. Pero no creo que esto me preocupe, no soy ese niño nunca más.