Algunos de los que me estaréis leyendo ahora tenéis novia, no es tarea fácil ser vuestra pareja, que lo sepáis. He decidido enfocar el artículo desde la perspectiva en la que el jugador profesional es un chico y su pareja una chica porque en el 95% de los casos refleja la realidad y porque he podido comprobar en mi propia piel que somos nosotras en general las que tenemos más dificultades para aceptar que la profesión de nuestra pareja cuando esta es profesional del poker que viceversa.
Siempre que abarco un tema por primera vez intento hacer un ejercicio de empatía y ponerme en la piel de cada uno de los roles que voy a tratar, también va bien repasar la propia trayectoria. En este caso mi experiencia personal me ayuda bastante porque aunque a día de hoy soy yo la única que juega en casa, hace 10 años fue mi chico quien me enseñó a jugar, durante unos meses fui la pareja de un semi profesional, y tengo que reconocer que me gusta mucho más ser yo la que se dedica a las cartas.
Dejando a un lado que enseguida me fascinó el poker aún puedo recordar los primeros días, cuando aún nos estábamos conociendo y él se quedaba a veces en casa. Recuerdo perfectamente aquella tarde que le propuse ir a correr a la playa y él me dijo que se quedaba en casa jugando.
Recuerdo sentirme ofendidísima y salir a correr yo sola, y a medio camino parar en casa de una amiga a contárselo. Obviamente ahora esta situación sería inverosímil, de hecho él supo transmitirme súper bien de qué iba esto del poker y me fascinó, decidí sumergirme totalmente hasta el punto que quise intentarlo en serio y gracias a un muy buen timing y un poquito de suerte salió, bien la aventura.
Con este repaso quiero hacer palpable que no es fácil aceptar y convivir con una persona que profesional o semi-profesionalmente se dedica a esto, por varias razones. La principal es el desconocimiento general de la actividad, es un sector poco conocido y en el que además la grandísima mayoría lo utiliza como hobbie por lo que hacer entender a alguien que es un método de sustento no resulta fácil. Cualquier persona en su sano juicio entiende que un médico puede tener que salir a trabajar una madrugada de domingo si hay una urgencia o que un bombero curre turnos de 24h. Sin embargo aceptar que tu pareja varias noches se acuesta cuando tú amances porque había una súper ballena o que va a estar desaparecido en combate durante dos semanas porque se juegan las Scoop y vas a estar conviviendo con un espectro no es tan simple de asimilar.
El quid de la cuestión es que desde un punto de vista familiar tú estás encerrado en tu cuarto clickando botones y tu chica está sola haciendo todo lo que tú no tienes tiempo de hacer. Y vale, sí, estás currando, pero desde su perspectiva jugar online no es muy distinto a jugar al FIFA, un juego es un juego…y en general a las chicas no nos apasiona que nos quitéis tiempo para dedicárselo a un juego. Así que la clave es lograr que tu pareja entienda que las horas que le dedicas a grindar, o a viajar para jugar un torneo no compiten con vuestro tiempo de ocio juntos sino con el tiempo que le dedicarías a cualquier otro curro o a cualquier otra actividad que enfocaras para que te reportase beneficios.
Ahora bien, tú tienes un rol importante si has conseguido que tu pareja entienda que el poker es tu profesión, un trabajo como cualquier otro y no un juego, entonces debes hacer un esfuerzo para mantener un equilibrio. Hay muchas profesiones que requieren muchas horas, pero la cantidad de entrenamiento invisible que requiere el poker a veces hace que sea difícil de sobrellevar. Hay un montón de horas dedicadas al estudio y revisión que si la persona en concreto no entiende bien bien de qué va esto del poker le costará asimilar que son parte del trabajo. Pero también es cierto que el poker puede absorberte mucho, y como siempre puedes dedicarle más tiempo para mejorar corremos el peligro que se nos vaya de las manos. Y es que el principal inconveniente del poker es a su vez lo que a mí me resulta su mayor atractivo: que no te lo acabas. Es un juego apasionante porque aunque en un momento dado estés a tu máximo nivel, es facilísimo perder ese momentum, por eso debes dedicarle tantísimo tiempo, pero hay que saber poner límites. Tómate días de descanso y ponte horarios en la mediad de lo posible.
El poker a un alto nivel requiere de ti muchísima más dedicación que la mayoría de profesiones. Tiene cosas muy buenas como la flexibilidad que te permite, pero debemos ser conscientes que no es fácil aceptar este estilo de vida si no es el tuyo propio sino el de tu compañero. Haz partícipe a tu pareja hasta donde puedas y se deje; cúrrate el que entienda de qué va y aunque no lo vibre como tú (suele pasar) hazle entender que si está contigo, si te respeta y te apoya podrás desarrollar tu trabajo mucho mejor.