Lo primero que hay que pensar es cómo es el poker a la hora de jugarlo, pensar si es un juego estresante, un juego para relejarse o es una mezcla de ambas cosas. Para nosotros es la última opción, el poker puede ser un juego estresante o un juego que se utiliza como un hobby para escapar de la, a veces, angustiosa rutina diaria.
Es más, se puede considerar en algunos casos el poker como el conjunto de momentos donde hay mucho estrés con momentos en los que la gente disfruta relajándose y olvidándose de los quehaceres diarios.
¿De qué depende de que el poker sea estresante o no?
Para ver si el poker es un juego estresante o si es relajante, lo primero que hay que ver es la forma en que se ve el juego. Depende del dinero que esté en juego y, sobre todo, de las razones por las que se está sentado en la mesa.
La mayoría de la gente juega para divertirse y pasar un “buen rato” ya que juegan en casa con los amigos, de forma esporádica en un casino o encienden su ordenador para echar una alguna partida online.
En estos casos las apuestas son bajas, de modo que si se pierde dinero solo se ha perdido lo equivalente a un par de cervezas y si se gana, entonces todo es perfecto porque se ha disfrutado y encima de no tener ningún gasto, se ha conseguido un premio.
Por contra, cuando las apuestas aumentan, la forma de ver el poker cambia y el juego deja de ser visto como un entretenimiento para pasar el rato y relajarse. En este caso las personas no se están jugando una ronda de cervezas o una cena con los amigos, sino que es más dinero, además de que los contrincantes actúan de otra forma completamente distinta.
En los juegos en los que las apuestas son un poco altas, el resto de los jugadores observan y analizan cada uno de los movimientos, de modo que las personas pueden sentirse incómodas al sentir que el resto están examinando su forma de jugar para conseguir su dinero, creando un estrés al jugar que no es propio de un juego de relax.
¿Afecta la tensión en la forma de jugar? Por supuesto, los jugadores pueden cambiar sus movimientos y sus acciones para la misma situación dependiendo de las características de la partida.
¿Cómo afecta el estrés al juego?
El estrés afecta al cuerpo, al cerebro y también lo hace a la capacidad de tomar decisiones, influyendo de forma importante en el desarrollo y en los resultados del juego. Una de los motivos por los que aparece el estrés es la frustración.
Aquí hay varios ejemplos de esta última afirmación:
- Los objetivos se alejan y parecen más difíciles. Un ejemplo es si se realizan dos o tres faroles y estos son descubiertos, de modo que se pierde una alta cantidad de fichas (o dinero) y además disminuye la confianza en uno mismo, con el consabido aumento de frustración.
- Se está recibiendo presión constante del resto de jugadores. Una apuesta de continuación es subida en varias ocasiones, por lo que obliga a pensar detenidamente en la razón de esto y crea la incertidumbre de no saber qué hacer, conllevando un aumento de estrés significativo.
- Los planes son desbaratados. Un ejemplo es cuando se pierde una apuesta con bastantes posibilidades de victoria al ver las cartas, de modo que dicha experiencia es inesperada y la frustración inicial que acarrea afecta en el estrés en el juego del jugador.
Cualquiera de estas situaciones puede hacer tambalear la perspectiva de la partida, aumentando con ello el nivel de adrenalina, aumenta la temperatura del cuerpo, sube la presión arterial y los procesos de razonamiento se alteran.
Desafortunadamente en el poker se producen muchas situaciones en las que esto ocurre pero, ¿necesariamente tiene que llegar a una situación de estrés incontrolable?, ¿es capaz de producir un cambio psicológico tan grande que tenga un alto impacto en el juego?
Perder, por ejemplo, varias apuestas de forma seguida hace que la mayoría de las personas varíen la forma de jugar, vean alterado su espíritu y lleguen a perder por momentos el control de la situación, pero no tiene por qué ocurrirle a todo el mundo.
En el poker ocurre igual que en la vida real. Cuando una mosca está molestando sin parar crea estrés en la persona, pero las reacciones no son iguales, cada individuo actúa de forma diferente dependiendo del nivel de estrés que se genere. Cada jugador de poker procede de forma diferente ante situaciones inesperadas o negativas.
¿Cuál es tu experiencia emocional?
En un estudio realizado hace años, varios estudiantes recibieron una dosis de adrenalina pensando que era una medicina para aumentar la memoria y les hicieron esperar en una habitación con la excusa de que tenía que tener efecto la medicación.
Algunos de ellos al llegar a dicha habitación se encontraban con un hombre interesante que hacía bromas, reía y que les contó alguna historia interesante para ellos, mientras que otros descubrían a un hombre con una persona que tenía muy mal humor y un carácter depresivo.
Aquellas personas pertenecientes al primer grupo sintieron la experiencia muy emocionante y encantadora, decidiendo que habían disfrutado con la situación y que el medicamento creaba una sensación de bienestar, mientras que quienes pertenecían al segundo grupo comentaron que el nuevo medicamento tenía efectos secundarios negativos ya que les hacían entrar en depresión y estar incómodos.
La misma sustancia, adrenalina, que debería tener el mismo impacto biológico en sus cuerpos les causó experiencias completamente contrapuestas. En el poker ocurre igual, una situación que para alguien puede ser tan estresante que le afecte negativamente en el juego, para otros puede ser un aliciente para optimizar la estrategia ya que les ayuda a prestar más atención y a controlar mejor las variables del juego.
Echar un farol, ¿se pasa mal o es un momento relativamente agradable?
Farolear con una mano que tiene muy pocas, o ninguna, opciones de mejorar es un momento de extrema delicadeza en el poker. La mayoría de los jugadores pueden recordar este tipo de farol para conseguir un bote alto como una situación donde el corazón se dispara a unas velocidades extremas, se crea un nudo en el estómago y la tensión aumenta hasta límites insospechados hasta que el oponente toma la decisión de tirar las cartas.
Realmente este hecho es relajante en cierta medida para algunos jugadores, mientras que para otros es un momento que desearían que no tuviese que existir porque lo pasan realmente mal. Por norma general es fácil saber la sensación que tienen los jugadores al ver su reacción cuando el oponente tira sus cartas.
Los jugadores que son capaces de manejar estos momentos de tensión sin problema suelen coger el bote conseguido como si nada ya que ese tipo de jugadas forma parte del juego, de modo que el resto de la gente no puede adivinar las cartas que llevaba, mientras que aquellos que se ven superados por la tensión creada explotan y suelen realizar gestos de alivio como resoplar, mover ligeramente la cabeza en señal de “menos mal” o incluso comenzar a sonreír.
Estos gestos normalmente no son deliberados, sino que se deben a la liberación de la tensión tan alta que han tenido, mostrando al resto de jugadores sin desearlo que era un farol. Las personas que actúan de forma tranquila tras el farol suelen hacerlo porque ya han vivido dicha situación en más ocasiones, de modo que han aprendido a convivir con esa sensación de estrés.
El poker requiere riesgo
El juego y por consiguiente el poker, por su propia naturaleza, llevan implícitos momentos en los que los jugadores deben tomar riesgos. El riesgo conlleva estrés para todos los jugadores, aunque sí que varía la forma de manejarlo entre unas personas y otras, habiendo personas que aprenden con el tiempo a controlar la situación en todo momento.
En este grupo que es capaz de dominar la situación se encuentran los jugadores profesionales que en sus carreras se han visto muchas veces en dicho lugar y algunos, muy pocos, jugadores amateur que no se dejan influenciar en exceso por una situación de tensión extrema.
Hay mucha gente que no ha sido y probablemente nunca será capaz de llegar a dominar por completo dichas situaciones, pudiéndose encontrar a la mayoría de ellos en las mesas con apuestas bajas.
Además de estos grupos, hay gente que encuentra la adrenalina de estas situaciones totalmente irresistibles. Adictos a la acción que necesitan actuar en cada mano, gente que disfruta con los momentos en los que hay tensión. Por norma general estas personas juegan todas las manos hasta que se quedan sin dinero y desaparecen.
Tras haber analizado qué es el estrés, sus causas, cómo afecta en el juego y haber conseguido explicar en qué consiste, en el siguiente artículo trataremos sobre cómo controlarlo además de unos consejos para afrontar estas situaciones con los mejores resultados.