Existe un determinado tipo de jugador que empieza a frecuentar, que se puede denominar como enrevesado. Se debe elogiar a estos jugadores por una cosa; realmente saben cuales son las manos rompedoras. Generalmente incluso tienen un conocimiento decente acerca de las apuestas en las manos más comunes. Mejor aun, poseen un gran conocimiento del hecho que nueve de cada diez veces que se miran las cartas no se tienen cartas buenas, y desde luego nada definitivo. Los jugadores enrevesados no son tontos. Simplemente son algo inexpertos y hacen suposiciones fuertes acerca de que los rivales cuidan sus apuestas más que ellos.
Para clarificar; un jugador enrevesado juega sus manos al revés: son muy agresivos, excepto cuando llevan algo. Nos daremos cuenta de una o dos cosas; apostarán menos o incluso verán tímidamente. A primeras esto parece una idea tonta, apostar menos con manos ganadoras y apostar manos cuando no se tiene nada, algo así como si se comprara caro y se vendiera barato, que va contra toda lógica tradicional. En su defensa diremos que funciona muy bien en la mesa correcta (y se encontraran con varios beneficios en la mesa correcta). La mejor mesa para ellos es una mesa en donde de media los jugadores no van, o ven inicialmente pero lo dejan cuando se sube.
Aquí es donde hay que entrar. En primer lugar la mesa es fácil de localizar; existe un asiento con muchos fondos y quien está a su lado realiza grandes apuestas sin cuidado. Podría existir una segunda pista, muchos otros jugadores de la mesa cuentan con el doble del máximo y parece que van a todas las apuestas. La idea aquí no es simplemente quedarse como una "piedra" y esperar a doblar. Es importante recordar las apuestas del jugador enrevesado difieren bastante de los medios faroles; que este jugador no está interesado en pescar de golpe; simplemente busca que todos se vayan retirando. Simplemente tiene miedo de dos cosas; que nadie vaya cuando él tenga la mano ganadora y sobre todo a las subidas sobre sus apuestas.
Subir una apuesta da una señal muy importante a un jugador de este tipo: "Conozco que me estás apostando con algo peor Y me juego mis fondos a eso ya que sé que sacaré beneficio." El jugador enrevesado reacciona de 3 maneras y cada una de ellas indica lo que tiene.
- Mete todo - Lleva mucho.
- Pasa - No lleva nada.
- Iguala - Piensa que no nos atreveremos a apostar más en nuestro turno y cuando se sienta seguro, apostará de nuevo.
b. Apuesta - Lleva algo bueno. Esta opción debe ignorarse o nunca se podrá batirle.
En ocasiones se puede tener mala suerte cuando se trate de ganar a un jugador enrevesado ya que puede tener siempre muy buenas cartas o intimidarnos, por lo que no conviene empezar con faroles desde el principio. En la primera mano será mejor contar con una pareja alta en Holdem o dobles parejas en Omaha. Después simplemente habrá que subir sus apuestas en todos los flops que sea posible. También hay que ser un poco enrevesado. En el turno hay que apostar lo que sea necesario para que pase o se equivoque viendo la apuesta (alta) (salvo que se haya mejorado la mano con lo que habrá que seguir subiendo).
Si se puede hacer esto, a la vez que se muestra uno fuerte frente al resto de jugadores, será posible derrotar al jugador enrevesado la mayoría de las veces. No conviene estar pendiente de su pila de fichas ya que querrá volver a por más, una y otra vez hasta quedarse sin fondos. Además de enriquecerse con el que era el duro de la mesa, el resto de componentes de la mesa harán también sus donaciones. Lo harán bajo nuestro liderazgo; pero sin embargo no se darán cuenta que no se está jugando así en su contra.