En Omaha, al contrario que en otros juegos y variantes de poker, no hay ninguna fórmula fija que indique qué manos se deben jugar y cuáles no, por desgracia no es tan simple como eso. Cada mano es diferente y es cada vez que recibes las cartas cuando debes decidir qué hacer con ellas y evaluar si merece la pena o no disputar la mano.
Mientras los factores permanecen constantes, las cartas pueden cambiar de valor incluso en cualquier momento. Quieres una mano que tenga muchas opciones de mejorar con el flop y convertirse en la mejor jugada de la mesa. Ese sería el mejor de los casos.
En el resto de manos es normal que tengas proyectos de escalera o de color y depende de ti analizarlos y determinar si son lo suficientemente buenos como para jugar con dichas cartas.
Tener Reyes contra Ases es un error
Los Reyes son una de las manos más problemáticas al pasar de Hold’em a Omaha. Los reyes son débiles al igual que, como hablamos en el artículo anterior, los Ases son débiles. Una pareja rara vez gana la mano si se llega hasta el final, incluso es difícil que llegue al river y a la hora de mostrar las cartas con opciones de ganar.
Al contrario que ocurría con los Ases, donde era conveniente tenerlos en la mano preflop si se podía llegar a apostar todas las fichas nada más mostrarse el flop, ningún jugador profesional de Omaha quiere tener reyes en su mano inicial.
Si apuestas la mayor parte de tu dinero y tienes reyes, probablemente estés en un gran problema. Jugar Ases contra Reyes en Hold’em es realmente raro y se consideraría una mano top que ha vencido a otra realmente buena.
Con las cuatro cartas iniciales de Omaha, conseguir Ases es realmente frecuente, por lo que jugar con una pareja de reyes no es nada bueno y perder con ellos contra una pareja de ases no es considerado mala suerte, al contrario de lo que los jugadores de Hold’em suelen pensar, esto es un error y muy grave.
Los reyes se deben jugar con extremo cuidado, a no ser que estos formen parte de una mano realmente fuerte como A♦ K♦ K♥ Q♠ o K♥ K♠ Q♥ J♠.
Si la mano incluye dos reyes pero el resto de cartas no acompaña, dichos reyes no tienen nada que hacer en Omaha.
Si se quiere ganar con una mano inicial de dos reyes que no esté realmente bien acompañada, sobre todo si se juega con pilas de fichas grandes, es necesario conseguir poker, si no la mano terminará siendo perdedora.
Grandes cartas ligadas y dobles proyectos de color
Si no he repetido cien veces esto en los artículos anteriores no lo he hecho ninguna. Voy a repetirlo una vez más: las mejores manos en Omaha son aquellas que tienen varios proyectos diferentes que pueden ser completados. Realmente debes querer tener la mejor jugada y además tener un plan de respaldo.
Tener dos cartas altas del mismo color o incluso que las cuatro cartas estén ligadas dos a dos no suelen conseguir alcanzar a completar el proyecto de color, pero a menudo pueden conseguir que las cartas acompañen y tener full.
Manos con cartas altas como AKJT, AQT9 o KTJ9 son buenas por sí mismas, pero si además forman color dos a dos se convierten en realmente buenas. A♠ J♠ T♣ 9♣ es una mano excelente y, por norma general, es mucho mejor que AKQJ que no ofrezca un proyecto de color ya que tiene varias opciones de conseguir ser la mejor mano de la mesa.
Tener color con As es una mano realmente fuerte debido a que en Omaha es bastante fácil, relativamente hablando, de que el enfrentamiento tras salir todas las cartas comunitarias sea color contra color. Si tienes el color más alto posible podrás vencer a manos con color más débiles que no se esperaban que pudiesen ser derrotadas y, por tanto, que han apostado una alta cantidad de fichas.
Jugar fuera de posición en Omaha hace la victoria prácticamente imposible
La posición al jugar Hold’em es importante, pero en Omaha es imprescindible. Omaha es un juego en el que cambia la mejor mano cada vez que se muestra una carta comunitaria.
Como regla general es difícil saber la fuerza real de la mano que se tiene, por lo que estar fuera de posición hace muy difícil saber qué se debe hacer y, por tanto, se suelen cometer más errores. Se puede decir que si jugar fuera de posición en Hold’em es difícil, en Omaha se hace prácticamente imposible.
Si quieres conseguir beneficios en Omaha, solo debes jugar cuando estás en posición, disputando realmente pocas manos (y que estas sean realmente buenas) fuera de ella, siendo todavía más estricto si se está comenzando a jugar.
Cuando ya conoces mejor Omaha y descubres todas las características que encierra el juego, entonces es el momento de comenzar a jugar algunas manos más fuera de posición, pero teniendo mucho cuidado ya que hasta los mejores jugadores de Omaha juegan fuera de posición lo mínimo posible y esto se debe a que es extremadamente difícil hacerlo.
En resumen
Cuando recibes la mano inicial tienes que evaluar concienzudamente la fuerza que esta tiene para decidir si decides jugar o no, de esta forma cuando entres en acción te será mucho más fácil jugar.
Es realmente fácil dejarse llevar por la acción del juego y jugar demasiadas manos en Omaha, siendo solo los mejores jugadores los que son capaces de jugar pocas manos y de conseguir que el Pot Limit Omaha sea rentable.
Aprender la diferencia entre una buena mano y una Gran mano en Omaha es muy difícil y puede resultar prácticamente imposible, pero conseguir dar este paso hará que pases de jugar a ganar en Omaha.
Si quieres convertirte en un jugador ganador de Omaha debes ser capaz de evaluar con objetividad los puntos fuertes y débiles de tu mano en todo momento para poder tomar siempre las decisiones correctas.