Como ya hemos explicado en la primera parte de este artículo, las estadísticas son una pieza fundamental que te van a ayudar a desarrollar tu propia estrategia en el mundo del póker a la vez que te va a descubrir muchos secretos del póker. Pero no sólo tus fallos y tus errores deben ser tenidos en cuenta, si no que las estadísticas que se desprenden del juego de tus contrincantes, si sabes interpretarlas cuidadosamente, te van a facilitar una información más que privilegia.
Después de conocer las estadísticas que existen relacionadas con el preflop y con el postflop, es el momento de seguir adentrándonos en el mundo de los números.
Muestreo
Como ocurre con toda estadística, para obtener los datos hay que llevar a cabo un muestreo de los datos de los que se obtiene la información. Uno de los problemas de las estadísticas es que pueden resultar muy engañosas sin una muestra adecuada y rigurosa. Por ejemplo, en el Texas Hold’em, las estadísticas varían mucho en muy poco tiempo.
Por ello, uno de los mayores errores que puedes cometer es tratar las estadísticas de alguno de los jugadores como si fueran sagradas, porque las cifras cambian constantemente y también puede cambiar la forma en la que un jugador se enfrenta a una mano.
No te anticipes a la hora de tomar decisiones de forma rápida y sin reflexionar, tómate al menos varias manos de margen para comprobar si las primeras estadísticas que has obtenido sobre un jugador se van repitiendo y corroborando a lo largo de las partidas.
Respecto a cuál es ese margen, este puede variar en función de la estadística que quieras analizar. Por ejemplo, en el caso de VPIP y de PR, unas cien manos es la media que suele ser más que suficiente para que las estadísticas sean fiables. Sin embargo, esta cifra está muy lejos de ser fiable en el caso de las estadísticas de WTSD.
Y, como todo en el mundo del póker, cuanto mayor sea el muestreo: mejor.
Una ayuda, pero no una forma de juego
Para que las estadísticas te sean útiles, no debes olvidar en ningún momento que las mismas no son más que una herramienta que te pueden ayudar a obtener mucha información sobre lo que sucede en la mesa de juego, pero no son en sí una estrategia a seguir.
Muchos jugadores sólo se basan es las estadísticas mientras juegan y las cosas no funcionan así. El juego es diferente en cada momento y esto hace que los porcentajes cambien constantemente. Si caes en el error de jugar al póker basándote en estadísticas, al final los números van a acabar dándote la espalda.
Puedes encontrarte con tres jugadores que compartan estadísticas similares. Sin embargo, un jugador puede sorprenderte de repente. Por ello no puedes tratar a todos los jugadores de la misma manera ni bajo el patrón que marcan unos porcentajes, porque estarías actuando bajo una actitud robótica que, además, impediría tu desarrollo como jugador.
Hay que utilizar las estadísticas junto con la observación y tu propia estrategia en el juego. Las cifras sólo te dan un perfil de cómo actúa tu adversario, pero depende de ti analizar cómo juega cuando tú eres su contrincante. Y esto sólo puedes adivinarlo prestando mucha atención y tomando notas.
Cuando vayas a interpretar los porcentajes acuérdate de coordinarlos y de analizar el resultado de forma global. Si utilizas las conclusiones sólo como una referencia, tu juego se va a ver muy fortalecido.